martes, 14 de agosto de 2012

Vuelta a la rutina en Zona Comanche

Tras una semanita de vacaciones en el bello país de Andorra, respirando junto a mis primos el fantástico aire puro de la montaña, sin apenas ruido y pasando fresquito (teniendo en cuenta los 35 grados en Barcelona sumado a la incipiente humedad relativa que te pega el sudor a la ropa), toca despertar y volver a la rutina del barrio. Se que los incondicionales fans de este blog y del barrio de Zona Comanche de Barcelona estáis ávidos de acontecimientos que se enmarca fuera de la normalidad de vuestras vidas, así que (como decía), tras una semanita de descanso me toca volver a la realidad que me rodea. Y es que los autónomos tenemos eso, que la realidad siempre supera a la ficción que se montan en su cabeza los que nos llaman "emprendedores" mientras disfrutan de sus vacaciones en la playa.

A lo que íbamos. El barrio de Zona Comanche... 

No es nada difícil captar la esencia del barrio. Aunque lleves días sin interactuar con los elementos que Dios dispone para tu disfrute siempre acabas encontrando algo que te sorprende más y más cada día. No tienes ni que activar tus sentidos arácnidos (como decía Spiderman) para encontrarte de frente con cualquier cosa que desbarata tu estrategia por autoconvencerte de que "el barrio no está tan mal; en el fondo...". 

Y esta vez la cuestión ha superado mis expectativas, no por el hecho en sí (que es fácil verlo en cualquier rincón del barrio) sino porque no he tenido que caminar ni 20 metros para encontrarme con lo que veis en las fotos. Normalmente este tipo de incendios de vehículos robados (ignoro si este lo ha sido) se encuentran en el interior de Zona Comanche, en el distrito Apache, allá donde la policía sólo entra con los antidisturbios 20 minutos después de que los malos se hayan ido.

No se lo que sucedió ni tampoco cuándo, pero la espectacularidad del resultado de las llamas mola. Y me imagino el día en que este camión de mudanzas (sin carga) ardió, porque básicamente lo hubiese visto en directo desde la ventana de mi casa (imaginaos si queda cerca). Y el miedo de los vecinos decentes (si es que queda alguno en el barrio; a mí no me miréis) a que las llamas hicieran explotar el depósito de combustible o se propagara a los coches de alrededor.





Zona Comanche amigos, sin duda un lugar entretenido donde vivir y educar a tus hijos... en el arte de la delincuencia. 
No se pierdan próximas aventuras, que seguro que las habrá. Habló Awebo, el reportero más dicharachero de Zona Comanche. Barcelona. Devolvemos la conexión.